RELACIÓN ENTRE ENTORNO E INFANCIA DESDE LA PSICOLOGÍA AMBIENTAL

  

  El comportamiento humano está interrelacionado con el espacio en el que tiene lugar; lo que una persona hace o siente forma parte indisociablemente del entorno en el que se desarrolla y esas creencias, acciones o sentimientos influyen en la adopción de valores o estilos de vida pro-ambientales. 

  Los niños y las niñas no son ajenos a estas influencias y existen evidencias empíricas de que el contacto con la naturaleza les reporta beneficios.

  La población infantil que vive en las grandes urbes ha aumentado progresivamente en los países industrializados. La creciente urbanización conlleva un menor contacto con el medio natural. Esta circunstancia hace que los/as niños/as se desarrollen y realicen sus actividades la mayor parte del tiempo en espacios cerrados y alejados de elementos naturales.

  Aunque la ciudad contemporánea es, por lo general, un gran recurso para la mejora de la vida humana, crea, a su vez, una sensación de dependencia y de falta de control, lo que Milgram(1970) denomina sobrecarga informativa.
La sobrecarga informativa se refiere a un exceso de demanda de atención ante múltiples estímulos informativos, lo que da lugar a un estado permanente de alerta. Esto genera situaciones de estrés y saturación del sistema atencional y afecta especialmente a los niños.


Otro efecto de la gran ciudad sobre la población infantil es el denominado "trastorno por déficit de naturaleza". La falta de contacto con estímulos naturales genera, entre otros, dificultades de atención, menor uso de los sentidos, hábitos menos saludables y tendencia al aislamiento.

  Existen estudios que avalan el aumento en la incidencia de ciertas patologías infantiles ligadas a un estilo de vida sedentario: obesidad, asma, TDA y TDAH, déficit de vitamina D.
  Todos estos problemas de salud provienen, en gran medida, de la carencia de contacto y exposición directa a entornos naturales.

  Asimismo, el contacto de la población infantil con la naturaleza tiene múltiples beneficios:
  • Físicos...varios estudios han demostrado que a mayor cantidad de vegetación presente en los espacios donde juegan los niños (patios de colegios, parques, etc), menor riesgo de sobrepeso y mejora en la salud física general.
  • Psicológicos...el contacto diario con la naturaleza es importante para el funcionamiento y desarrollo de los/as niños/as.
  La capacidad de atención directa de las personas se agota al hacer frente a las tareas diarias.
  Los/as niños/as, en especial, necesitan emplear gran cantidad de atención diariamente para llevar a cabo sus deberes, sus actividades extraescolares, etc.
Se hace necesario recuperar esa capacidad de atención para que la salud no se vea afectada.
  Numerosas investigaciones han puesto de manifiesto que los ambientes naturales promueven la restauración psicológica ante un déficit de atención, y esto se debe a que tienen una serie de características que ayudan a esta recuperación.
  También se ha evaluado la posibilidad de que el contacto con la naturaleza amortigüe el efecto negativo del estrés.
  Los/as niños/as que cuentan con más naturaleza en su entorno diario son capaces de sobrellevar mejor las situaciones estresantes de todo tipo.
  • Pro-ambientalidad...existen varias teorías para explicar los comportamientos pro-ambientales de las personas y se ha llegado a la conclusión de que tenemos unas actitudes más ecológicas, de protección de la naturaleza, cuanto más estamos o hemos estado en contacto directo con el medio natural.
  Por consiguiente, es necesario considerar las cualidades restauradoras y moderadoras del entorno natural al diseñar lugares que vayan a ser utilizados por los/as niños/as.

  

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